Por Washington Cabello
MIAMI, Estados Unidos.- Jeb y signo de admiración. Con este logotipo, con la visión de que «lo mejor está por venir» y sin hacer referencia directa a su apellido, el exgobernador de Florida lanzó oficialmente su aspiración presidencial.
«Nuestro país está en un muy mal camino y la pregunta es: ¿Qué vamos a hacer al respecto? La pregunta para mí es ¿qué voy a hacer al respecto? Y he decidido: Soy candidato a la presidencia de Estados Unidos de América», dijo Bush.
Hijo y hermano de expresidentes estadounidenses. Con estos antecedentes, la dinastía Bush tiene en carrera, oficialmente a partir de este 15 de junio, a otro representante, resalta La Voz de America.
Sin embargo, la omisión de su apellido, aunque su campaña lo niegue, busca alejar del imaginario de los electores las controversiales guerras en las que el país se involucró bajo la presidencia de su hermano, George W. Bush.
«Tuvimos buenos resultados de mejorar el sistema de educación», dijo Bush en español.
Pero Jeb Bush tiene su propia carrera consolidada por su cercanía con la comunidad hispana de Florida a través de 30 años. Y como ex-gobernador de ese Estado, ha construído un capital político que nadie niega. Por eso, su punto de vista sobre Cuba lo ponen en la carrera republicana como serio aspirante de su partido.
«El hecho simple es que Cuba luce más como Corea del Norte que como una nación que está emergiendo hacia la libertad», advirtió el candidato.
Si bien Jeb no alcanzó, durante el lanzamiento de campaña, los niveles de popularidad mostrados por Hillary Clinton, dentro de su partido, nadie duda que entre los, hasta ahora, 11 precandidatos, él es uno de los favoritos para ganar la nominación republicana.